05. El puerto de Hong Kong

El de Hong Kong es uno de los mayores puertos del mundo, así que un aficionado al mar como yo no podía hacer menos que dedicarle una entrada del blog. Originalmente el nombre del puerto en chino significaba algo así como “Puerto pestilente”, pero actualmente una sencilla y minúscula modificación en la pronunciación lo ha rebautizado como “Puerto de los perfumes”. ¡Hay que ver la de giros que se le puede dar al lenguaje!

Situado en 22ºN 114ºE, en el Delta del Río de la Perla, fue cedida a los británicos en 1841 tras su victoria contra la China Imperial en la Guerra del Opio. Como siempre, los británicos se hicieron con un excelente puerto natural de inmejorable situación estratégica.


Victoria Harbour en el siglo XIX

Según datos de 2006, Hong Kong es la onceava mayor entidad comercial del mundo. En 2007 ciento quince países mantenían consulado en la ciudad, más que en ninguna otra ciudad del mundo. La mayor parte de exportaciones del puerto consisten en reexportaciones, principalmente de la China continental. Incluso antes de que China recuperara su soberanía, Hong Kong ya estableció fuertes relaciones comerciales e inversiones con la República Popular. La región autónoma sirve de punto de entrada para inversiones y recursos hacia la zona continental. También es punto de conexión de los vuelos entre China y Taiwán (recordemos que desde 1949 Taiwán se considera un país independiente de la República Popular y que sus relaciones no han sido muy amistosas hasta hace bien poco).

El puerto de Hong Kong siempre ha sido un factor clave en el desarrollo y prosperidad de la región, estratégicamente situada en las rutas comerciales del Lejano Oriente. Más de 220.000 embarcaciones recalan anualmente en el puerto, incluyendo buques de pasaje oceánicos y barcos fluviales. La terminal de contenedores manejó en 2007 casi 24 millones de TEUs (“Twenty-foot equivalent unit” o “Unidad equivalente de veinte pies”, contenedor estándar de dicha longitud). Como referencia, los contenedores movidos en Barcelona no llegaron a los 2.4 millones, una décima parte del tránsito de Hong Kong. Aún así, el principal sector económico de la zona es el financiero. Los mayores y más modernos rascacielos de la ciudad son las sedes asiáticas de bancos y entidades financieras de todo el mundo. Por otra parte, el primer gobernador de la nueva época de dominio chino fue un empresario naviero...

Y en mi experiencia personal disfruté como un enano viendo lo poco que un simple peatón con otros intereses turísticos puede alcanzar a ver. Básicamente descubrí que el puerto de Hong Kong lo constituyen multitud de terminales distribuidas entre todas las islas de la región autónoma: una terminal de contenedores acosada por rascacielos aquí, una central térmica con su embarcadero de carbón allí, un muelle de graneles allá, etc... Consecuentemente toda la amplia zona anda surcada ininterrumpidamente por multitud de barcos en todas direcciones.

Victoria Bay, con su Victoria Harbour, es la zona más turística de la ciudad. Y para poder disfrutarla a tope navegan por la bahía los míticos “Star Ferry” que ya comenté algo por encima en la anterior entrada. E, increíble, considero su precio muy barato: 45 dólares de Hong Kong por persona. ¡Qué carajo! No me importa repetirme. En primer lugar quiero que veáis el bonito uniforme de los marineros de la compañía.


Marinero de “Star Ferry” en traje de faena

“Star Ferry” gemelo de aquél en que surcamos Victoria Bay

Estos ferrys de aspecto viejo están perfectamente conservados y su interior está decorado en madera de gran calidad, creando un ambiente de lujo de tiempos pasados a bordo. Una vez a bordo nos instalamos en la cubierta exterior, sin saber si seria proa o popa pues estos barcos navegan en ambos sentidos. Para los tecnicistas, acabamos en la popa o culo el primer rato de navegación, aunque yo elegí creyendo que iríamos en proa (“Y eso es un graaave error” que decía Jack Slater); pero luego, a medio trayecto, el barco amarró en una terminal al otro lado de la bahía y nuestra cubierta acabó siendo proel.

Lucía, Judit y yo en la cubierta de un “Star Ferry”

La travesía fue una gozada. Pude ver bien de cerca dos curiosos tipos de portacontenedores de Hong Kong. Curiosos por su tamaño y por la distribución de su superestructura. El primer tipo, al que llamaré grande, tiene una capacidad de unos 18 TEUs (estimación hecha a simple vista por un aficionado como yo). El puente se sitúa en el castillo, a tope de proa y la habitabilidad en la toldilla, a tope de proa. Vi a unos cuantos navegando, con y sin carga, y había uno que tenía un exagerado asiento positivo (la proa mucho más levantada que la popa). Desgraciadamente, ése ni lo grabé ni le eché una fotografía.


Portacontenedores local grande en lastre

El segundo tipo parece un barco auxiliar para tareas de remoción o reubicación de contenedores en la terminal. Debido al poco espacio junto al mar (las laderas de las montañas llegan a tocar de mar muy empinadas) imagino que les debe ser difícil crear los espacios para la circulación de los vehículos terrestres destinados a tal fin, así que quizás les sea más sencillo usar este método. El caso es que os aseguro que los contenedores se apilan junto al mar y que entre ellos no se ve espacio libre alguno para que pasen vehículos de tierra, por lo que creo que mi deducción está bastante fundamentada.

Bueno, sigamos con el tema. Este tipo de barcos no parecen más que una plataforma flotante con toda la superestructura en la toldilla y una enorme grúa (en comparación con el tamaño del resto del buque) situada en el castillo, a tope de proa. Su capacidad parece limitada a seis u ocho TEUs.


Portacontenedores local pequeño

Vista una terminal de lejos, de esas situadas en lugares imposibles y aparentemente inaccesibles, parece que esté rodeada de unas grúas ya obsoletas, sin nada que ver con las modernas grúas de contenedores. Pero en realidad lo que uno está viendo son un montón de estos pequeños portacontenedores amarrados a lo largo de todo el muelle.

Portacontenedores local pequeño amarrado en una terminal


Portacontenedores locales pequeños abarloados en una terminal

Otra de las cosas de la que es inevitable darse cuenta en el puerto de Hong Kong es su importancia en las rutas de los cruceros de placer. Doquiera uno mira... ve un crucero. Desde pequeños hasta enormes, su blanca silueta se recorta sobre un fondo de rascacielos. Y la mayoría de los que vi pertenecían a líneas asiáticas o, por lo menos, los nombres pintados en sus costados estaban escritos con caracteres chinos. La verdad es que cuando uno piensa que conoce la mayor parte de líneas de cruceros (cosas de haber estudiado y trabajado en el sector turístico), o en el orgullo que uno sentía al saber que en Barcelona hubo amarrados ocho grandes cruceros a la vez y luego se encuentra uno en medio del puerto de Hong Kong... “y el Jordi no tuvo nada más que decir”.

Y, ¡oh, cuán grata sorpresa mi primerita mañana en la ciudad! En el corazón mismo de Victoria Bay, en el extremo sur de Kowloon donde cogimos el “Star Ferry”, había unas instalaciones que eran tanto un enorme centro comercial como una terminal de pasaje, con capacidad para seis u ocho grandes buques. Y allí había amarrado un precioso crucero de líneas clásicas, para hacerme babear un buen rato. ¡Una verdadera joya a ojos de este aficionado!


Crucero amarrado al sur de Kowloon, cerca de Chungking Mansion

Desgraciadamente no tuve tiempo para intentar localizar y visitar el mítico puerto chino de Hong Kong, aquél en el que se ven cientos de pequeñas embarcaciones chinas, sucias, viejas, descuidadas y abarrotadas de gente viviendo en ellas, abarloadas unas a otras sobre un mar lleno de desperdicios. Ese lugar en el que en las películas siempre se pierde el malo al final de una persecución por tierra. Pero si bien no di con tal sitio, sí que tomé algunas fotografías del mencionado tipo de barco. Se trata de unas embarcaciones con un peculiar casco, de popa ¡y proa! de espejo muy anchas y con una superestructura característica situada normalmente a popa. Parecen cumplir múltiples propósitos: desde el paseo de turistas hasta el transporte de mercancías o la pesca. De hecho, estando en el teleférico de Ocean Park, divisamos a toda una flotilla partiendo de un puertecito menor hacia mar abierto. Sin duda, una tracción más del puerto de Hong Kong.

Embarcación menor típica de Hong Kong

El último punto sobre el que quería escribir es la marina deportiva. La región de Hong Kong es un entorno paradisíaco. Las más de doscientas islas que forman el archipiélago cuentan con idílicos fondeaderos donde pernoctar. Hay puertos deportivos por todas partes en los que amarrar y disfrutar de instalaciones de primer orden, siempre atentas a los deseos de los navegantes locales, puesto que... ¿no habíamos dicho que Hong Kong es una ciudad en la que se mueve muchísimo dinero?

Fondeadero deportivo en Repulse Bay

Puerto deportivo de Aberdeen

Sin haberlo comprobado a posteriori, me pareció que el número de amarres de la zona era altísimo y muy bien acondicionado para todo tipo de barcos, especialmente los de gran lujo. Sobre los rompeolas de dichos puertos asomaban multitud de preciosas siluetas de yates y embarcaciones turísticas de lo más curiosas (por lo visto, a los chinos les encantaba y les encanta hacer barcos que más parecen templos -también por lo cuadrado de su forma- que no embarcaciones). Sin duda, la marina deportiva de Hong Kong debe ser una de las mayores y mejores del mundo.

Barco-templo turístico amarrado en un puerto deportivo de Kowloon.
Puede apreciarse el coronamiento de popa sobre el rompeolas


Hong Kong es, sin duda, uno de esos puertos que ansío visitar de forma profesional. Debe ser interesantísima la organización de la autoridad portuaria para manejar el enorme tráfico a lo largo de tantísimas terminales diseminadas en tan amplio espacio. Por no mencionar que es casi seguro que en Hong Kong uno puede avistar los mayores portacontenedores del mundo, pues en su hinterland se encuentra una de las mas industrializadas áreas de la China globalizada.

Espero que los aficionados a los temas marítimos hayáis disfrutado de este artículo como yo disfruté tanto visitando el puerto como rememorando mis experiencias para este escrito. Sin más que añadir, y cómo viene siendo habitual en mis entradas, os dejo con un resumen audiovisual de mi visita al interesantísimo puerto de Hong Kong.




Puerto de Hong Kong (59 MB)

2 comentarios:

Arnau dijo...

¡Eso si que me ha gustado!

Mañana tengo examen con el profe De Balle.

El pobre hombre,explicandonos los metodos modernos para evitar daños al mover las cargas y la importancia del trincaje para la estabilidad del bueque...

A ver como le explico yo que los HongKonitas tienen predilección por templos flotantes y gruas flotantes!

Salud macos!

Jaumeta dijo...

Hola! He disfrutado un rato paseandome por el puerto de Hong Kong
aunque le falta el sol o la lus que disfrutamos en el puerto de Barcelona. Me encanta leer lo que escribes (y no soy su abuela).
Sigue deleitandonos mientras pasas feliz tus dias al lado de tan encantadora chica. Besos a los dos.